Hábitos para enseñar a los niños a reverenciar la Misa

5 hábitos para enseñar a los niños a reverenciar la Misa

Para que los niños vivan la Misa con atención, amor y respeto, es útil inculcarles pequeños hábitos que les ayuden a participar con todo su corazón, mente y cuerpo. Estas acciones no solo expresan buena educación en la iglesia, sino que también enseñan a reconocer y responder al amor de Dios. Estos son los cinco hábitos recomendados:

1.   Hacer una genuflexión al entrar y salir del banco:
Enseñar a los niños a arrodillarse brevemente frente al Sagrario al entrar y salir del banco como señal de reverencia a Jesús presente. El ejemplo de los padres es clave.

2.   Inclinarse al cruzar el pasillo central:
Cada vez que se cruza frente al altar o el Sagrario, se debe hacer una inclinación como signo de respeto hacia Cristo presente.

3.   Realizar un acto interior de adoración durante la Consagración:
En el momento en que el sacerdote eleva la Hostia, los niños pueden decir en su corazón: “Señor mío y Dios mío”. Después de comulgar, se les anima a hablar con Jesús en oración personal.

4.   Hacer un gesto de reverencia al recibir la Comunión:
Instruir a los niños a inclinar la cabeza o hacer una breve señal de la cruz antes y después de recibir la Eucaristía como expresión externa de su fe y asombro.

5.   Permanecer en el banco hasta que el sacerdote abandone el altar:
Evitar salir antes de tiempo salvo en casos de emergencia. Es un momento apropiado para dar gracias a Dios en oración.

Conclusión:
Estos hábitos, aunque sencillos, forman una base para que los niños crezcan con una actitud de reverencia hacia la Misa. Con el tiempo, estas prácticas se convierten en parte de una fe viva, cultivando corazones atentos y agradecidos a la presencia de Dios.